En el planteo de Ciclo Completo Eficiente la invernada es el período que va desde el destete hasta alcanzar un animal con peso y estado para faena (Figura 1). En dicho período la alimentación puede realizarse exclusivamente a pasto o sólo con concentrados a corral, o a través de la combinación de estos recursos de manera simultánea (suplementación en pastoreo) o mediante la combinación de etapas puramente pastoriles con etapas de encierre a corral. A su vez, estas etapas pueden incluirse en distintos momentos del proceso de engorde. Un ejemplo de esto último es el encierre de terneros, que después del destete son alimentados en un corral para luego continuar una etapa de crecimiento y terminación a pasto o terminación a corral.
Dentro de estas etapas, la de recría representa una fase de suma importancia ya que, por tratarse de una fase de crecimiento, define en gran medida el tamaño adulto. Este último se define como el peso a partir del cual el animal detiene la acumulación de proteínas, o en otras palabras, de tejido muscular. Por consiguiente, todo aumento de peso que ocurra a partir de dicho punto se realizará a expensas de la acumulación de tejido graso. Acumular grasa por encima del nivel deseado, no sólo es indeseable desde el punto de vista comercial, sino también ineficiente desde el punto de vista del costo energético y de alimento requerido. Lograr un adecuado tamaño adulto es clave para aumentar la producción individual y del sistema. Tanto las deficiencias como los excesos nutricionales durante la fase de crecimiento atentan contra dicho objetivo, por lo cual, es indispensable conocer y manejar los aspectos que definen una etapa de recría eficiente.
Conceptos importantes de una etapa de recría pastoril
Para el caso de la recría, el pastoreo directo es, de todos los recursos disponibles, el que tiene el menor costo por kg de materia seca y ha sido por ello el esquema tradicionalmente empleado. Sin embargo, esta situación de bajo costo de producción ha favorecido el desconocimiento de la producción real y potencial de las pasturas y de los verdeos en nuestro país, siendo uno de los rasgos diferenciales con respecto a los modelos pastoriles exitosos de otros países.
Históricamente, el aumento de la carga animal fue la herramienta más utilizada para aumentar la producción de carne por hectárea, lo que llevó a una baja productividad individual y largos ciclos de invernada. En los últimos años, la necesidad de mejorar los resultados económicos llevó a plantear el acortamiento del período de engorde en base al aumento de la ganancia de peso, que se logra asegurando un consumo tal que permita aumentos diarios de peso vivo no inferiores a 650 gramos por animal. Para ésto se debe controlar la cantidad y la calidad del pasto disponible, para poder determinar la necesidad de uso de suplementos. Así se logra la terminación de novillos en el término de un año.
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